Todos perdemos

Y con el paso del tiempo uno acepta que las cosas se van perdiendo.

Desde morritos perdemos los dientes, los juguetes; más tarde, uno pierde la inocencia, el chance de aprender a tocar piano.

Poco después se pierde la virginidad, los amigos, las novias… un padre.

Uno sigue así por la vida, olvidando y perdiendo cosas, la pinche tierra sigue girando y nosotros siempre estamos perdiendo.

A donde veas hay perdedores, todos somos unos pinches perdedores.

El pedo está que cuando crecemos nos da miedo perder, vivimos aterrados de perder la quincena, de perder nuestra chamba, de perder una relación.

A veces cuesta mucho, pero después de un rato la gente madura y aprende a sobrevivir con su temor a perder. La vida es eso, es perder, es quedarse sin dientes, sin trabajo, sin una familia, perder un pinche vuelo a Perú, dinero, tus tarjetas bancarias, un celular, perder el cuerpo esbelto o la buena condición física, perder el cabello, la memoria, pedazos de hueso, perder al amor de tu vida, perder las fuerzas e, incluso, hasta las ganas de vivir.

Nadie gana, vivir es aceptar que las pérdidas son constantes y disfrutar cuando se nos pierde la respiración en un beso, o cuando sin saber cómo nos perdemos en una mirada hermosa y ahí es cundo entendemos que todo lo que nos ha pasado en la vida, que todo lo que hemos perdido, genera pequeños instantes que sobrevivirán para siempre…

Fotografía por Santo