Que mi último aliento se lo coma un pez, pero que sea un pez en las entrañas del mar; porque soy muchas cosas y en los océanos hay mucho espacio. Que sea un pez de mar porque el aliento tiene heridas frescas y la sal contenida en el agua siempre ayuda.
Eres la golondrina acuática, coleccionista de cerámicas, brújula elaborada con tierra roja.
Voy a destrozar la mayor de las teorías, la que habla de tu concepción, un grano de arena girando en su orbita nácar. La teoría que destina a tu cuerpo para pender de lóbulos o cuellos que no son poesía.
Ata con discretos cordones las nubes marítimas y en tu peregrinar callejero al iniciar tu danza sacude tus cabellos que traen música para hacer llover.
Fotografía por Tatjana Suski? Ninkovi?
Mi cuerpo joven conoció tu sexo, te hice con mi sexo, fuiste buena y el anciano que soy se congeló mientras contaba historias de victorias pasadas para hacerte dormir. Macarena eres la suerte que voy a fracasar 20 veces más, quiero bordar flores a tu corazón, ahora que soy como un ciego que hace malabares con aguja, hilo y dedal.