Ya inhalé dos líneas de coca, me fumé un buen porro con mucha mota y aún así no se me olvida el sabor de tu boca. Loca. Que si estoy bien loca. Tu forma de querer a poca ropa. Cuántas ganas de quitarte años, de hacernos daño. Que no sea en vano. Aprender de tu pasado, sin quedarme en el presente, y que en un futuro me recuerdes. Que tus años y mis años sólo sirven para el recuento de daños, porque me valen verga tus 40, me vale verga que hayas nacido en los 70’s. No somos de los que se preocupan por fechas. Somos de los que les interesa la presencia, la mirada con escencia. Me da miedo que algún día me duela tu ausencia. Que me sepa de memoria tus manías, que ya sé cuando estás teniendo malos días. Agonía. Imaginar tus caricias. Porque no nos pertenecemos, porque hemos tenido varios dueños. Varios sueños. Y aunque a ti te están llevando los años, a mí me está pesando el tan temido daño que hiciste con tus caricias empapadas en sabiduría. Me gusta el monstruo que sale de mí cuando estoy contigo. Me gusta la inocencia que sale en ti cuando estás conmigo. Creo que ya no quiero saber de ti, ni de tus imprudencias, de mi irreverencia. De que sólo me estás lavando la cabeza.
Fotografía: Jayme Keith
Nunca seré la calma al final del día. Too smart to worry and too cute to care. This is Is. Mientras tanto, yo que sé.