¿Y si me voy a España? Es lo último que me escribiste. Nunca te contesté.
¿Y si te vas a España? Pensé en el mismo instante que me lo preguntaste. ¿Y si te vas a España? ¿Puedo irte a visitar? No, ya sé que no. Jamás lo permitiste, ni siquiera cuando viviste cerca del mar. Y nunca te lo perdoné. ¿Y si te vas a España? No te volveré a ver, igual nunca lo hago no importa dónde estés. ¿Y si te vas a España? ¿A qué vas? ¿Qué hay allá? ¿Por qué me lo preguntas? ¿Mi respuesta hace alguna diferencia?
Si es lo que te hace feliz, deberías hacerlo.
Fotografía: Justin Vogel