Mazinger Z era manipulado por Koji Kabuto cuando el Pilder llegaba a la cabeza de maceta gigante del robotzote, y así empezaban las peleas contra monstruosidades manipuladas por entes hermafroditas, hombres con cuerpos de tigre, ancianos con los ojos rojos, mechas blancas; usaban batas negras como sacerdotes de cultos satánicos. Mazinger tenía que acabar con esas aberraciones; durante las luchas, sonaba una canción estrepitosa y violenta que me ponía en onda, me poseía, yo azotaba mi pie izquierdo contra el piso y hacía vibrar la segunda planta de la casa de La Paz; los vidrios retumbaban; agarraba una guitarra imaginaria y acompañaba con mis propios acordes a esa melodía caótica; mi madre y mi abuela me veían con pánico; yo tenía pinchurrientos 5 años y cuando me daban cinco mil pesos cada día del niño, gastaba ese billete, serigrafiado con los niños héroes de Chapultepec, en comprar Rancheritos y echarle monedas a la maquinita del Pacman que estaba en la 17 poniente.
Fotografía: John Kilar | Instagram
Fernando Percino es mexicano y nació en algún momento de los años ochenta; además es licenciado en Administración Pública por la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla. Ha publicado cuentos en el suplemento cultural “Catedral” del diario “Síntesis”, la novela “Velvet Cabaret” (2015), el libro de cuentos “Lucina” (2016), el libro de crónicas “Diarios de Teca” (2016)y actualmente escribe el libro de notas “Volk” en ERRR Magazine. Fue miembro del consejo editorial de las revistas: “Chido BUAP” y “Vanguardia: Todas las expresiones”. Ha trabajado como funcionario público en la Administración Pública Estatal y Federal y se desempeñó en diversos puestos, por más de 7 años, en el ramo de las microfinanzas.