Vivíamos en Córdoba a finales de los años ochenta; era la noche de año nuevo. La vecina Juanita nos invitó a una fiesta con su familia en otra colonia; esa noche de diciembre no hacía frío. Siendo vacaciones los niños del INFONAVIT solíamos jugar béisbol hasta las doce de la noche, en los serenos andadores, junto a las casas de vivienda social; desvelarse en aquella infancia era un placentero lujo. En la fiesta de año nuevo, mi pequeño hermano Esteban usaba un trajecito azul que le quedaba muy mono y jugó con varios niños de su edad, gritaban como pinches locos. Yo nunca lo volvería a ver con tanta energía; los años lo fueron menguando y derritiendo como un Carlos V expuesto al sol por largo tiempo. A mi hermano Esteban lo tocó pasar a romper la piñata, sus ojos chispeaban; sonreía bellamente; golpeó y golpeó la estrella de barro y la rompió; los dulces y la fruta cayeron al suelo rendidos por su golpe tan poderoso, llevaba el Mjolnir aquella noche vieja. Yo supe desde entonces que no tendría un compañero más entrañable en la vida y él sería el ser humano que más amaría por siempre jamás.
Fotografía: John Kilar | Instagram
Fernando Percino es mexicano y nació en algún momento de los años ochenta; además es licenciado en Administración Pública por la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla. Ha publicado cuentos en el suplemento cultural “Catedral” del diario “Síntesis”, la novela “Velvet Cabaret” (2015), el libro de cuentos “Lucina” (2016), el libro de crónicas “Diarios de Teca” (2016)y actualmente escribe el libro de notas “Volk” en ERRR Magazine. Fue miembro del consejo editorial de las revistas: “Chido BUAP” y “Vanguardia: Todas las expresiones”. Ha trabajado como funcionario público en la Administración Pública Estatal y Federal y se desempeñó en diversos puestos, por más de 7 años, en el ramo de las microfinanzas.