Un aguardiente que sabe mejor que un Cognac se pasea por la plaza Roja, embriaga con dulzura a ciudadanos de estirpe bolchevique; en los ojos azules de las damiselas del Kremlin se refleja un rostro moreno que sonríe y ofrece al público mundial, un elixir que promete la juventud eterna y una explosión de gozo en el paladar que produce las pláticas más memorables de la vida; “pasen a probar lo bueno, hermanos Romanov, la bebida Persinos es lo más exclusivo que puedan degustar en esta cualquier galaxia creada por los dioses ortodoxos; una bebida que nace en las entrañas del maguey, del maguey del rancho `El Indito Persino`”. Segmento del libro patrocinado por mi amado tío Persino.

Fotografía: John Kilar | Instagram