Una noche, Persino soñó con ella. Estaban los tres en una sala de recreativas. Ella, el hijo y Persino. Se divertían mucho. Las luces de la arcadias iluminaban su felicidad y por primera vez en la vida Persino creyó que pertenecía a una familia amorosa. No paraban de reír mientras veían correr al chico por todo el cuarto. Persino no recordaría cuándo fue la última vez que sintió una satisfacción casi infantil como aquella. Fue una alegría tan fuerte que casi lloró al momento de despertar y encontrarse aislado del mundo en una habitación en penumbras. Aquella mujer había muerto hace años, en un accidente automovilístico, estaba embarazada y faltaban pocos meses para que se casara con Persino.

Fotografía: John Kilar | Instagram