Cerca de la oficina, en un camellón hay una niña que vende revistas y periódicos, la niña trabaja seis días a la semana de 9:00 a.m. a 6:30 p.m. Persino ha contando las horas, a veces la niña trabaja más tiempo, claro, como en cualquier empresa. Hay una silla chiquita de madera. La niña descansa en ella de vez en vez. Son muchas horas estando de pie, en pie. Cuando se va del trabajo deja la silla chiquita atada, con una cadena, en un poste de luz. La niña se va soplando un rehilete negro y deja a sus espaldas una cruz enterrada en la tierra del camellón. ¿Quién habrá muerto ahí? Cuatro veces le llegó a Persino el pensamiento de que quizás había desenterrado a un desconsuelo. Dos veces pensó en fantasmas que venden periódicos para seguir subsistiendo en la otra vida

Fotografía: John Kilar | Instagram