Los buches se inflan y desinflan; buches granosos. No podía soportar a seres tan imperfectos como las ranas y los sapos. Apuntaba con el charpe, charc ausencia de croac, croac. Era como si los azotadores caminaran en sus brazos cuando los mataba copulando. ¿Disfrutaba? Las ranitas, una encima de la otra, morían felices. Aunque aquel Persino ignoraba esa felicidad pues estaba en una edad muy lejana para encontrase con palabras como semen, ovarios, ciclos menstruales de las ranas. No podía detenerse a pensar si la rana macho estaba eyaculando mientras moría por el violento golpe de una piedra (insólita, inoportuna). Agarraba los cadáveres- sin miedo a ser infectado por la imperfección- para aventarlos al río. Arrojaba las ranitas muertas en el anonimato.

Fotografía: John Kilar | Instagram