Esa manera tan tuya de mirar. Multifacética, inexplicable e inconsciente…o traicionera a ti.
Tu mirada me ha hecho sentir por momentos querida, cuando a lo lejos sonríes en complicidad conmigo; deseada, cuando tú cuerpo se encuentra sobre el mío, feliz, cuando es acompañada de todos esos dientes que pocas veces dejas ver.
No todo lo que tu mirada ha provocado en mí ha sido lindo; como cuando estoy más que presente hablando contigo y tú mirada se distrae con alguien más o, con las nalgas de alguien más; te miro no con celos, por que no volteo a ver lo que miras para evitar ese sentimiento, pero si con decepción, pues aunque sabes que te observo y contemplo tu ausencia, no te importa.
Qué decir de esa mirada que da más fe a lo que dicen los demás sobre mi, en un momento en donde pareciera que los astros se alinean para dejarme en mal contigo; como aquellas cuentas donde pensaste que me había quedado con dinero ajeno, o cuando mi hija hablaba de su padre en presente como si siguiera viéndolo…esa mirada duele, pues sabes mi lema “no sé mentir”.
Y esa mirada que se acompaña de tu vocabulario presuntuoso y comienzas hablar de los viajes que hemos hecho y buscas la mirada de los demás en aprobación o admiración de estos y sólo te miro pidiendo guardar esos recuerdos para ti y para mi.
Tu mirada es como tu actitud, a la altura de tu egoísmo…
Quizás algún día tus ojos miren más allá y me descubras, me observes o quizás tan solo lleguen a lo superfluo y no cumpla con tus estándares pues el tiempo pasa, mi cuerpo cambia y mi salario no me alcanzará para mantener la altura de mis montes a la altura de tus deseos.
Fotografía por Paco Poyato
Morelos, México (1990) Fotógrafa autodidacta. Licenciada en Educación Básica, Maestría en Pedagogía del Arte por el Centro Morelense de las Artes.Especialidad en fotografía antropológica; actualmente estudia el Doctorado en Historia del Arte por El Colegio de Morelos. Diplomado en enseñanza de la Educación Artística por el CENART. Ponente y expositora. Ser humano y madre.