¿Cómo nació este local y qué lo hizo diferente desde el principio?
Nació dentro de un pequeño vivero en el corazón de la ciudad. De manera orgánica, quienes nos visitaban comenzaron a acompañar la elección de sus plantas con el deseo de tomar un buen café, y así surgió la necesidad de contar con una barra que ofreciera una bebida de calidad. Poco a poco se ha convertido en algo así como un refugio.


¿Qué parte del día, del espacio o del proceso creativo disfrutan más quienes trabajan aquí?
Al mediodía, una vez pasado el arranque y ya establecidos, el flujo que comenzó con intensidad empieza a calmarse, mientras el mundo exterior cobra vida. También nos llena de alegría recibir a nuestros clientes más fieles, aquellos que no faltan ni un solo día. Al mismo tiempo, el espacio se ha abierto a la comunidad, convirtiéndose en sede de eventos musicales, culturales y charlas. Como parte de este espíritu de colaboración, incluso nació un proyecto aliado: el cineclub “La proyectora”.

Si alguien entra por primera vez, ¿qué es lo que no debería perderse?
Darse un tour por el vivero.
¿Qué influencia, idea o referencia sigue guiando lo que hacen hoy?
Un desafío interesante ha sido la ubicación. Nos encontramos al final de la colonia Americana, sobre una avenida y dentro de una casa, lo que a veces dificulta que la gente se anime a entrar. La afluencia ha dependido, en gran medida, de que las personas descubran el lugar o lleguen atraídas principalmente por el vivero.


¿Qué influencia, idea o referencia sigue guiando lo que hacen hoy?
Somos más que un espacio: somos una casa y una comunidad. Nuestras puertas están abiertas para todo tipo de personas y proyectos que busquen sumar y crecer junto con nosotras.

¿Qué lugar, proyecto o persona los ha inspirado últimamente?
–Centro Cultural Ortográfika
-La broma de Teo
–V-SESENTA
–Bloque crítico disidente
-La gente del barrio que sale a trabajar todos los días. Así como la gente que se expresa en sus respectivas disciplinas: Inés Estrada, Daniela Ladancé, el Manchón. Todos éstos nos inspiran por su trabajo con la comunidad.


Si su espacio pudiera invitar a alguien a colaborar por un día, ¿quién sería y qué harían juntos?
Invitaríamos a algún experto exponente que pueda mediar conversatorios de distintos temas como: política local, movilidad, crisis inmobiliaria, gentrificación, etc.

¿Hay algún objeto, rincón o detalle del lugar que tenga una historia que pocos conocen?
La casa que habitamos solía ser de una famosa médium de Guadalajara, algunas personas aún llegan buscándola.
Si este proyecto fuera una ciudad, un libro o un disco, ¿cuál sería?
Dumbo Gets Mad – Quantum Leap
Melody’s Echo Chamber: el disco homónimo
Amamos la música. Somos tres mujeres echando a andar este proyecto y creemos que a esto podemos llegar a sonar juntas, así como nuestro espacio.
Respondieron las preguntas Bris Pineda, Elisa Gómez, Michelle Villa, propietarias de TORA Café.

café- pan – chelas
Av. Enrique Diaz de Leon Sur #503
Guadalajara, Jalisco, México
