La cruz en la cadena que va decorando su pecho, protección de un corazón que parece nunca estar satisfecho, raíz de esa sonrisa divina que esconde despecho a la par de su amor por las noches de desenfreno.

Tacones altos y un maquillaje discreto, ella siendo sencilla destaca del resto, basta con verla bailar para perder el aliento, escúchala hablar para sentirte cautivado por dentro.

Mujer con cicatrices que florecen, yo que solo en tu vida un momento tropecé en este instante donde el cielo obscurece deseo que sepas que a donde vayas resplandeces.

Algunas voces parecen huir de su lecho, de hacer más preguntas no me siento en derecho, pero quiero hacerle un par de propuestas, así que aprovecho que si me deja, como objeto de cariño para ella me presento.

Quizá no compartamos una vida, ni meses, pero vivamos día con día abrazados, caminado lado a lado, haciéndonos compañía cuando estemos cansados.

Mujer tú a mi podrías tenerme en el botiquín de emergencia guardado
con la advertencia “Úselo si es que se siente abrumado”.

Que tan lejos o cerca de ti me encuentre, es lo de menos, se que te puedo encontrar en aquellos lugares donde tu brillo refleje para cruzarnos de vez en cuando en planes improvisados.

Resplandece, que de todas, eres quien más se lo merece.