Alas de pájaro,
Palabras voladoras,
Sentimientos que emulan las neopteras.
Una encrucijada del ser,
lágrimas y sonrisas sin espectador,
un velo a base de torpeza.
Vuela, vuela pajarillo de sapiencia,
toma un camino distante,
ve donde te dije que no.
Llevo un fardo de conceptos,
y tú agudo lector.
Sonora y odorífera,
la diatriba o apología que
intermitentemente me place escribir,
la inspiración me inunda como un alma sobre el alma.
El universo ya lo he construido,
digo que esta pieza va aquí y
conozco la fisura de por allá,
¿Por qué he de superponer mi mundo al tuyo?
No veo que os ahogáis,
quizá vuestra maqueta os funciona
¿No peca el inoportuno?
Vicio el mío el aforismo,
un defecto intrínseco, el más,
legado de Descartes,
a cada frase una sentencia.
La poesía un reducto de mi conocer,
el divertimento de mi ciencia,
por sentirse cómoda.
La lengua me impele a advertir a los transeúntes,
por mirar la acera llena de escollos.
Cándida poesía por abrirme las puertas,
infortunio porque violo tus reglas,
me despreocupo de tu sonoridad,
juego con tu cadencia y
me sirvo de ti para mi prosa.
La poesía, sendero a la trascendencia,
lenguaje del sublime que se construye,
expresión del espíritu enriquecido,
historia de figuras ignotas,
exhalación del poseso por espíritu benigno.
Poesía, egoísta y efímera,
naciste para el ejercicio individual,
eres más obra de arte que literartura,
te pierdes en las conciencias que te observan y eres nada,
un tesoro para el progenitor.
Fotografía por Bill Dane