No, ya no.
No creas que todo lo que escribo trata de ti.
Algún día dije que te dedicaría un libro y sabrías que es para ti, pero ya no, no estés tan segura, ya no se si quiero dedicarle mis letras a quién me reconstruyó el alma, para después destruirla con sus propias manos, como los niños edifican castillos de legos y luego los patean, empujan, pisan y finalmente destruyen todo por diversión.
Fotografía por Esben Bog-Jensen
El raro de la clase, fiel creyente del amor bonito.