Nos fecundó el amor como la tierrra

Y así lo veo, así lo creo, que usted llegó como una semilla a la que vendría siendo mi Alma-su tierra-, y se ha ido creciendo con sus hojitas y peciolos preciosos, y ambos florecemos en este jardín nuestro.
Te apiadaste mi ser moribundo, me tomaste y me curaste.
Y ya sin miedo, puedo decir:
Le amo.
A su pasión por hacer las cosas.
Su fuerza de voluntad
Su luz.
Su arte.
Las canciones que me manda por la madrugada.
Escondernos debajo de su cobija como niños pequeños.
La ventana amarilla de la casa de Nadia.
La pintura suya que está en el lugar que llamas nuestro espacio.
La forma en la que usted me mira.
Todo lo que siento cuando yo lo miro.
Lo nuestro: inefable.
Somos cosmos.
Le rogué al universo por usted, y aunque ya sin tanta esperanza y sin buscarle, le encontré.
Agradezco cuando se entrega a mi de esta forma.

Todavía no puedo creer que existas. Me siento tan viva por su amor.

Estoy lista, hágalo. Deme de usted todo lo que pueda y entregemonos.
Estoy lista, venga, hágalo, destrúyame.
Máteme o sálveme la vida.
Le ofrezco lo último bueno de mí, lo único que queda.

Fotografía por Esben Bog-Jensen