Y así una mañana puedo despertar siendo el suspiro de una gran noche, puedo ser la taza de café molido, el amanecer, el tráfico, la melodía que suena en la radio.
Puedo ser la copa de vino que acompaña la pasta, el viento que te despeña por tu caminar, la sabana que acaricia tu piel, el humo que exhalas en cada fuma.
Porque siempre estaré presente en esos pequeños detalles, que no son importantes para nadie, pero que hacen tu vida llevadera, en cada uno de ellos vivo y dejo un poco de mí.
Ya no me necesitas; haz comprendido que el derecho de propiedad no sirve de nada, que todo es efímero como un suspiro.
Y eso es lo que soy, un instante, yo no soy para siempre, un momento y ya.
Fotografía: Jayme Keith
Comunicóloga de profesión, amante de fotografía y apasionada de la lectura, me pierdo interminablemente para poder un día encontrarme con el amor de vida que un día dejé bajo la lluvia.