Hoy iba a escribir algo un poco triste, un miedo tal vez.

Tengo mucho miedo de tener algún principio de depresión o que me esté afectando algo psicológicamente.

Hoy,

lo haré de nuevo,

hoy confundí el nombre de un amigo con el tuyo. En ese preciso instante sentí que algo en mí se volvió a romper. Algo pasó. Todo avance que creía haber hecho conmigo misma en estas semanas, colapsó.

Luego pensé lo que me dijeron alguna vez: “el proceso de sanación no es lineal”. Y es totalmente humano sentirse mal o melancólica algunos días, extrañarte por ratos o acordarte de algunas cosas que es mejor no pensarlas, es decir ha pasado poco tiempo. Habrán otros días en los que mi soledad será mi felicidad completa y salir del trabajo a caminar mientras escucho musica y como algo para satisfacerme serán mis únicos tesoros. Yo ser mi único tesoro.

Horas más tarde estaba hablando de mi trabajo con mi familia y me sentí demasiado satisfecha conmigo misma, me sentí realmente orgullosa de lo que hago todos los días de Lunes a Viernes, nunca antes me había pasado. Luego, en la misma, conversación escuché cómo alguien a quien yo aprecio mucho se preocupaba por mí. Para mi fueron pequeños detalles que hicieron valer mi existencia, hicieron que me distraiga, que me sienta querida, que me hicieron sentir mejor y ya no pensarte tanto. Porque pensarte me da mucha pena, mucho dolor y me dan ganas de hablarte.

Fotografía por Lars Wastfelt