Yo escribiendo como que escribo -y así es como inicia la defecación-. A ver, a ver, ¿cómo llegué a esto? De lo cual siempre estoy escribiendo en el aire utilizando la simbología de las artes ocultas, me deconstruyo el intelecto y el espíritu en ecos polifónicos. Hay mucha poesía que no es más que ruidos en el ruido pero ya que todo es subjetivo, esto mismo podría ser el epítome de la literatura de esta época. Con la más dolorosa sinceridad no puedo recordar qué es la literatura o qué es esta época. Como se ha dicho, estoy ciego. No puedo decidir cómo ser el poema este que se supone que es pero ya es ya tarde noche tarde mañana tarde tarde, ruidos madrugadores que despiertan el sueño del sueño y el aseo, la ropa, el peinado, el transporte, los rostros y los cuerpos. Quisiera detenerme a contemplar el infierno. Ah, me contemplaré infierno. Lo hago. Me consumo por propia mano:
¡Aleluya!
Fotografía por Lars Wastfelt