La juventud es la que nos orilla a hacer cosas que no pensamos que podríamos hacer. Una muchacha que se escapa de su casa los fines de semana con el dinero de sus papás y pasa el tiempo con gente que no conoce. Las ideas de juventud vuelven a aparecer, las células rejuvenecen y el cerebro disminuye de tamaño. En esos momentos no tenemos idea de lo que hacemos o contra quien nos rebelamos. El color de la sangre es el mismo color que el de la rebeldía, un rojo cegador como el color del sol. Por un momento te das cuenta del daño que haces a las personas con lo que dices.
Ella se encuentra en un en un nicho universitario donde se muestran las palabras de verdad; esas palabras nos ayudan a identificar las ideologías que nos controlan y para eso debemos salir de nuestros adentros, de nuestro pequeño mundo. Las personas desconocidas con las que pasas el fin de semana, tratan de violarte mentalmente. Tu cuerpo ha sido utilizado para los fines incorrectos, para perpetrar el sistema que te oprime y reprime. Salir de tus adentros te hace darte cuenta de que el alcohol sabe mucho mejor en la juventud porque en ese momento no tienes nada que perder mas que la vida.
Volviendo a las palabras de verdad, son aquellas agrupadas de manera aleatoria contra el poderío de los banqueros que nos controlan. No nos gusta investigar sobre otras perspectivas porque eso sería pensar de la misma forma que otro, nos resulta mucho más valioso y autentico tener una idea estúpida y vivir con ella por el resto de nuestras vidas que tomar en cuenta lo que otras personas tienen que decir. Antes de hablar se debe escuchar, palabras que corren por el aire y tocan nuestro corazón, nuestro momento romántico, el que hemos estado esperando, cuando los dos cumplamos treinta y cinco y estemos divorciados.
La rebeldía es pasear juntos en una gran avenida tomados de la mano, como una persona que decía quererte y nunca hizo nada por tu amor; se separaron y no supieron nada el uno del otro, un fantasma en la ciudad, como todas las personas que forman parte de tu vida. Un ente energético que te persigue a cualquier lado al que vas como un lastre que cargas con resentimiento y rencor como el que sientes en contra de la clase política. No te pido que leas esto para que me entiendas, no sé porque existo o hacia donde voy, te pido que me quieras por lo que soy, hazlo por que así lo dicta la naturaleza, nuestra naturaleza rebelde.
La juventud muestra sus dientes o sus pechos morados; una persona que encontramos dentro de una morgue, violada y torturada sólo por pensar diferente. La muerte de una persona dentro de una manifestación, rodeado de gente que murió con los mismos ideales, pero en un tiempo distinto; quisiera contar una historia o un cuento, eso es lo que habría hecho, pero no es así, sólo es contar pensamientos al azar de lo que ocurre a mi alrededor. El amor joven se manifiesta como una comunión entre el pueblo que te rodea y el gobierno que te oprime. Los diecisiete años son el mejor momento para hacer estupideces, por eso hay tantos padres solteros.
Caminamos hacia el frente sin mirar atrás o hacia los lados, con la pura idea de futuro. Todos los actos que realizas en el futuro se convierten en actos políticos; no puedes separarte del mundo exterior o de los hechos que suceden a tu alrededor. La confianza en que todo estará mejor es lo que te mantiene en pie de lucha; no dejarte manipular por nada de lo que te acecha en el mundo exterior, no prestar atención a las distracciones, a los programas de televisión que nublan el juicio; ser por fin verdaderamente libre.
Fotografía: Dennis Schnieber
Parecemos nubes que se las lleva el viento, cuando hay huracanes, cuando hay mal de amores…