Hoy como ayer

Mi querido Charlie Kaufman,

Te soñé. Después de largas noches de no ser capaz de conciliar el sueño.
Era otro tiempo, otro lugar. Y aun así parecía la actualidad, un tiempo de caos, de desesperanza, de dolor y sobre todo de odio. Cada que un hombre tiene el pensamiento de traer paz dentro del poder, se le apaga la vida. Como aquel día de 1968. ¿Lo recuerdas? Yo sí, lo revivo a través de tus mil historias, que hoy extraño. Lamento haber partido de aquella manera, pero veras, el mundo no cambia, sin importar cuantas veces se le agite, no cambia a pesar de la miseria y el abuso. Es difícil abandonarlo todo para encontrar la paz.

Hasta el siguiente lustro, regreso a Rabanos, a vivir de verdad.

Fotografía por Fernando Sarano