Fotografía por Lorén Ibach

Gracias noche
Por ser la perfecta cómplice de mis aventuras
Por enseñarme a leer miradas y sonrisas
Y por permitirme disfrutar con la intensidad
De que no existe el mañana.

Gracias calle
Porque desde siempre has sido para mí
ese aprendizaje, que llega inesperado
a través de personajes únicos
con quienes de otra forma, jamás nos hubiésemos cruzado.

Gracias música
Porque sos la continuidad de esos instantes
que se sienten tan puros en medio de una vida
diseñada para funcionar desde la repetición,
como sacándonos por fin
del automatismo de la rueda del ratón.

Gracias vida
Por dejarme transitarte con curiosidad
Y por darme las respuestas de cada pregunta
en este camino, que parece laberinto
y que a veces aterra
pero que también seduce
encanta
fascina
y estremece.