Me encuentro solo y triste sentado en el sillón de mi sala, me acerco a la puerta y deseo correr a buscarte, han pasado cuatro días que no sé de ti, tengo el intermitente deseo de ver tus ojos y percibir tu dulce perfume de Carolina Herrera, pero no puedo cruzar esa maldita puerta, debo procurarte; cada día mi fiebre aumenta y los doctores me dicen que no hay avance alguno en mi, muero lentamente de la agonía de tu ausencia, me devasta la idea de no poder quitar esos hules de aislamiento, esta maldita enfermedad me mata poco a poco; creo que nunca estuvo en mis planes morir por una enfermedad viral y a su vez de amor, creo que podría concebirlo como el amor en los tiempos del coronavirus.
Fotografía por Jocelyn Catterson
El dolor y el sufrimiento, te harán tener un concepto retroactivo de la miserable vida que has tenido.