Ella dejó de contestar

La dignidad no es subjetiva para mí, es más bien una cuestión de valores absolutos, no hay grises, podes disfrazarlo de lo que quieras pero siempre se ve, está ahí latente, el dolor es real y el patetismo es vergonzoso.
Ella dejó de contestar, Me acometi a sentirme como un producto defectuoso otra vez, como esas prendas que están en el fondo de la canasta de descuentos demasiado coloridas, feas o mal confeccionadas. Siento como mí depresión aguarda agazapada para atacarme otra vez ante cada fracaso y aunque siempre logro superarla, francamente estoy cansado de correr.
Había un poema de Kipling que decía “si podes encontrarte con el triunfo y el desastre y tratar a esos impostores de la misma manera” yo no sabría cómo tratar al triunfo puesto que nunca lo encontré, quizás no haya nada de eso para mí y está bien, me decido a preparar mí almuerzo, trato de discernir si puedo preparar sandwiches de milanesa ahora o tengo que correr al almacén porque son las 13 y ya cierra.
Siento mí teléfono vibrar en mí bolsillo, es ella.

Fotografía por Santo