Llego el día de la reunión con ella…Sally, la que gusta de lo extraño y lo inusual. Su reunión distaba de contar con personalidades de frondosa altura:
Ramón, un árbol de limón que parecía una víctima al que había que pedirle perdón por todas aquellas veces en las que se le arrancaron sus frutos.
Palmer, una palmera de cocos que estaba triste por dejar de rendir frutos, ¿miedo? quizá, Sally sabía que en algún tiempo un malvado hombre la había amenazado con colgarle moños grandes de color rojo para que le diera vergüenza y así logrará dar los frutos pues según él “para eso estaba hecha” .
Lilia, una bugambilia que no soltaba los recuerdos y cuando alguien tomaba la iniciativa de quitarle todo aquello viejo, Lilia no dudaba en usar sus espinas para alejar a todo aquel que quisiera quitarle sus apegos.
Nancy, una naranja divertida y con sentido de cobijo, albergaba coconitas y monjitas entre sus ramas, estas se acercaban a ella para descansar.
Abo, un jabuticabo de estatura pequeña y que llevaba por cabello grandes y fuertes telarañas; era el preferido de Sally, juguetón, discreto…galante.
Sally cómo buena anfitriona ofreció manjares y bebidas, como abonos y agua fresca. Aunque hubo una platica conjunta entre todo el club de temas tan triviales y pandemicos, aconteció que Sally se acercó a cada uno de ellos a contar y consultar lo que sucedía en su corazón y mente.
A Ramón le dijo que sentía gran pena por aquellas personas que no sabían ser agradecidas…y no es que fuese una mujer que acostumbrara a champar, sino que consideraba que el mundo cada vez se alejaba de un gesto de agradecimiento nato…como si fuesen merecedores de todo lo que hay a su alrededor.
Con Palmer confesó sentirse más libre de soltar el lastre que cargaba al tener que cumplir con el estándar de familia, “lograr siempre el éxito en todo.” .. A veces le era bueno equivocarse, cambiar la estrategia si no iba funcionando, o bien, abandonar el plan rotundamente y pensar en otro plan.
Lilia, atenta y bajando la guardia escuchó cómo Sally se deshizo de viejos juguetes, objetos sin usar, ropa…recuerdos…buenos recuerdos de un pasado que quedó atrás pero que según ella “viven en el corazón”.
Con Nancy se refugió , descansó a los pies de ella tomando una siesta fresca y con aroma a azar…medicinal y revitalizante.
Abo disfrutó del resultado de esas pláticas que Sally tuvo con los demás; Sally mojó sus hojas, le platicó planes y le confío algunas tristezas que acarreaba de días atrás, ya sin tanta congoja, sin tanto pesar; con ese silencio que sólo con el aire se rompe Abo dotó de la paz que Sally siempre esperaba de él.
Ella…ella la que hace de un jardín una reunión.
Ella que dista entre lo sublime y lo bello.
Ella que ahonda en las personalidades, reconoce la belleza y es sutil en hacer reconocer y ver los defectos.
Ella…Sally
Fotografía por Magnus Jorgensen
Morelos, México (1990) Fotógrafa autodidacta. Licenciada en Educación Básica, Maestría en Pedagogía del Arte por el Centro Morelense de las Artes.Especialidad en fotografía antropológica; actualmente estudia el Doctorado en Historia del Arte por El Colegio de Morelos. Diplomado en enseñanza de la Educación Artística por el CENART. Ponente y expositora. Ser humano y madre.