Solté las prendas diurnas y mis escamas tornasol me llevaron a Delos, plantas en la arena de la isla tus miedos para florecer. Recojo y lleno caracolas con eco de tus sonrisas que se cuelgan en la mirada de los más viejos.

Tus dulces palabras se guardan en el corazón del océano, una noche mucitaras una melodía y cada palabra buscará acampar en los sueños de tu semilla.

En mi deambular de sirena cada año te visito y encuentro con aura de Artemisa, tu renacer se anuncia con danza de noctilucas.

Fotografía por Paola Saetti