Los días han transcurrido tan rápido como la sangre por las venas
Ya no me quedan más chillidos para la tristeza.
Danzando al contraste de los amaneceres.
Mi aliento se disipa entre versos y silencios.
Rodando por las calles, percibo las sombras de la muerte.
Las risas se esconden debajo de las piedras.
Ojos que acechan en cada esquina dónde doy vuelta.
Cegado por la puesta de sol que cada día tarda más en salir.
Me doy cuenta que soy el deseo de una vida que se consume en su propia intensidad.
Fotografía por Ama Aura