No, Esbeydy, las cosas no funcionan así. No porque leas un libro que pinte a la perfección la cruda realidad debes mandarle un mensaje al güey que te medio gusta diciéndole que deseas verlo porque de todos modos todos nos vamos a morir y cuando eso pase dejaremos de existir para siempre. No estará nuestra alma en el cielo, no hay pruebas de que el cielo exista, tampoco hay pruebas de “Diosito”.
Me imaginé reprimida, sin hacer todo lo que quiero hacer, tal vez el leer existencialismo me ha transformado a tal punto que no me importa mucho ser prudente. Me importa decir lo que de verdad quiero decir, hacer lo que quiero hacer, y lo hago.
Pero no, así no funcionan las cosas, así no funcionan las personas.
Fotografía: SHEFFIELD
La curiosidad mató al gato.