Éramos cinco sentados alrededor de la mesa, al rededor de las caguamas, de el vino tinto de tetrapack con Mundet de manzana y la manzanas en el frutero.
Cada uno con porro en mano, cada uno forjo su propio veneno. Ofelia me pidió ayuda para aprender a forjar con boquilla. Ella y yo llegamos primero, el crericot de banqueta y la mota ya me tenían justo como quería y acababa de abrir el otro tetrapack de vino California, Ofe se veía bien. Llego después una morra que yo invite Mari, y después un compa de Ofe, luego mi dealer. Si, invite a mi dealer por que somos buenos amigos y me fía la coca por semana yo le digo José José, por que ahora con sus pulmones casi muertos hablan igual. Estuvimos platicando de la inmortalidad, de lo tediosa que es la escuela, de lo marihuanos que son lo de filos, de lo marihuanos que somos nosotros, de lo mucho que me gusta Mari, de lo mucho que se gustan Ofe y su amigo, de lo micho que me gusta la coca de José José, también de cual partido ganara la presidencia pensando en posibles conspiraciones de robo de elecciones y posible intervención rusa o extraterrestre o ilumínati o de los masones:
-We mi tío es masón.-dijo el vato que invito Ofe.
-We justo los masones siempre han estado detrás de muchas cosas que no tienen respuesta y que tienen que ver con ese tipo de pedos, topa que hasta Benito Juárez andaba con esos weyes.-respondió Ofe con tono de sabia.
-No mames estas drogada, yo digo que lo que pasa es que el gobierno esta confabulado con iluminatis que pretenden quedarse con nuestros recursos y robarse nuestra tecnología.- reclame yo mientras me aspiraba una línea de polvo y tocia.
-Este pendejo jajajajajajajaja- respondió el príncipe de la canción encendiendo un cigarro.
– No wey es menos complicado que eso, te explico con manzanas mira…. -dijo Mary
– We ¡puto asco! alguien vomitó en las manzanas.-dije yo mientras me limpiaba la boca y con la mirada buscaba rápidamente papel para limpiar mi vomito.
– No te pases de verga vomitó sobre las manzanas. -exclamo José José como cantando el triste.
-¿No mames Diego a qué hora? -Dijo Mary fingiendo asombro y asco.
-Todos lo vieron, el punto era que no lo notaran. Como sea ya bésame. – dije y uniendo la acción a la palabra me acerque a su boca y ella vomito en la mía y sin despegar nuestros labios nos mudamos de la mesa a la cama para desnudarnos. Nadie mas se movió de la mesa hasta que las bebidas se acabaron y no hubiera mas manzanas, recuerdo haberme quedado dormido cerca de sus pechos y cuando desperté estaba solo, había estado solo siempre.
Fotografía: SHEFFIELD
El Distrito Federal. Veintiun años. El diablo. Tu castigo. Mi creacion. El monstuo de mil cabezas.