Antes de que terminara el último mes de aquel año conocí a que me hizo preguntarme por primera vez ¿dónde habías estado todo este tiempo? Me sorprende, cómo es que nunca había creído en eso de que las cosas más maravillosas de nuestra vida ocurren de la forma más inesperada e impredecible. Sin embargo me ocurrió a mí, al chico que pensaba que no podía pasarle nada extraordinario, algo que le hiciera sentir tanto, que pudiese cambiar toda forma de sentir al mundo. Te conocí, pero no sólo yo, sino que también te conocieron mis sentidos, ellos me contaron que en ti encontraron un lugar inexplorado, hermoso e insólito, en cada milímetro recorrido de tu piel y en las millones de células que te conforman, logre sentir y escuchar decir a mi tacto TE AMO… también en cada suspiro espontaneo, que no era más que un intento desesperado por querer conservar por una eternidad completa el aroma que desprende tu piel, y que al fusionarse con esa fragancia que sueles usar se volvía aún más detonante para el atractivo que siento por ti, mis ojos sólo han corroborado que tu belleza externa es una proyección bien intencionada de la belleza que habita en ti, en lo más profundo de tu ser, en tu mundo interior, lo que eres en cada instante al sentir y pensar, sabes, eres extraordinaria y me encanta tu compañía, tu dulce voz me invita a escuchar y aprender de ti, entre tú y yo logro sentir la creación de un lenguaje nuevo, un lenguaje único, el nuestro. Aquel donde las palabras no existen y solo existe un sentimiento que bien canalizado…sólo podría aspirar a convertirse en poesía.
Fotografía: Terry Magson