¿Hubo alguna obsesión, idea fija o imagen que guió el proceso creativo del disco, aunque no sea evidente para el oyente?
Me cuesta recordar algo, honestamente. Hubieron muchos cambios para bien, mucha duda del álbum, de su sonido, su estética, de dónde estaba tomando inspiración e incluso de quién era yo. Creo que eso fue la obsesión, el no ser alguien falso al final. Mi proceso creativo lleva mucho el ser coherente conmigo mismo, con los demás y con mi alrededor, coherente entre lo que pienso, hablo y hago. No sólo palabras, también acciones. El proceso creativo siempre ha sido no desviarme del camino en el que mi creación sea una parte de mí. Compartir esa creación al mundo, es otra cosa.

¿Cómo fue el proceso de decidir qué canciones sí y cuáles no formarían parte del disco?
Hablando de la coherencia que buscaba y que sigo buscando, fue ella la que lideró la toma de decisiones para la selección de canciones. Creo que la gente no sabe pero yo tenía ya dos álbumes escritos antes de ‘Catarsis’. Sin embargo, ya no sentía ninguna conexión fuerte en ese momento entre las canciones y yo más que con dos en específico: ‘Cinatit’ (2017) e ‘ilyisc’ (2020). Ya no sentía coherencia entre lo que hablaban y lo que me hacían sentir y eso facilitó saber qué canciones resultaban ideales para ser parte del álbum.

¿Qué cambió en la manera de escribir, grabar o producir en este disco con respecto al anterior?
Sabiendo ahora que tuve canciones ya escritas antes de ‘Catarsis’, sí puedo decir que cambió bastante mi manera de escribir. Antes escribía muy estructurado, pensaba demasiado las cosas, procuraba respetar sílabas, narrativa y qué melodías usar para la voz. Eso es necesario a veces, pero ya no funcionaba en mí. Empecé a escribir ‘Catarsis’ cuando salí de gira con Ed Maverick. Todas esas experiencias personales, laborales y espirituales me hicieron volverme más maduro, veía las cosas diferente, me sentía diferente. Entre crisis y revelaciones junto con golpes de realidad y soledad, pude dejar de lado todo lo que sabía y empezar a conocer todo de nuevo. Eso me permitió abrir mi corazón y mi mente a vivir diferente y experimentar nuevas formas para escribir, así como para grabar y producir.

¿Hubo alguna canción que costó especialmente terminar o soltar? ¿Por qué?‘amanecer’ y ‘disfrutando dolor’. Ambas costaron terminarlas pues llevan una producción más elaborada que las demás ya que llevan más synths, más voces, más efectos, arreglos y sobre todo, más profundidad en su significado. Vuelvo a la coherencia. Éstas dos canciones tomaron tiempo en su grabación y producción ya que en lo profundo de mi ser, eran las que más me hacían sentir coherencia entre el álbum y yo sin dejar de lado ‘verme bien’. Tenían que hacerme sentir por medio de su sonido, lo mismo que sentía en mi ser.

¿Qué rol jugaron la intuición y el error durante el proceso?
La intuición solía salir victoriosa. El error terminó como aprendizaje. No fallé quince veces al grabar voces, aprendí quince maneras en las que mi voz no sale bien. Eduardo es muy intuitivo en el estudio, él ve cosas que la gente no puede ver cuando se trata de producir. Él sabe qué puede necesitar una canción y qué instrumento es el necesario para lograr el objetivo.

¿El orden de las canciones fue pensado como una narrativa? ¿Cómo se decidió el orden?
En efecto, es una narrativa. Empieza con un saludo, te lleva a la nostalgia, te da un poco de caos, llega la noche, llega el amanecer, te encuentras con Dios, te das cuenta de todo lo que ya no tienes y extrañas, te sientes solo. Viene el perdón y terminas disfrutando el dolor. ‘Catarsis’ no trata sobre el momento catártico, trata sobre todo lo que lo ocasiona. ‘disfrutando dolor’ es 1 segundo antes en el que alguien tiene su momento catártico.

Fotografías 1 y 5 por Valentina Cisneros
Fotografía 2 por Irma Alba
Fotografia 3 por Yavir Lira Ortega
Fotografía 4 por Rebeca Mendoza