Cariño express

“Hemos comido el fruto del árbol del Más o Menos. Buscamos lo absoluto y no encontramos sino cosas”

Alejandra Pizarnik 

El día que apareció se volvió todo un augurio. Un presagio que me dejó las tardes de melancolía.

La vez primera en que le vi a los ojos el mundo no se detuvo, no sentí nudos en la barriga ni la cordura se perdió. Cruzamos palabras, un par de diálogos y compartimos unas copas. No había nada de extraordinario en ese encuentro mas que la casualidad algorítmica que nos citó en aquel lugar.

Era la décima primera persona del año. Después de eso no hubo más. Quedé estancada y con unas ganas de llorar que sólo se quitan hasta que te secas. Hasta que el último pensamiento de insanidad se evapora por las sienes consumándose en quejidos noche tras noche.

Me dejó un sabor amargo con cianuro en los labios. Una sensación mortal que sólo se puede disipar con muestras de ternura. Con espacios fijos, con líneas entretejidas bajo cláusulas de cariño que nunca podré encontrar en sitios como aquél. 

Fotografía por Abel Ibáñez G.