Me gustabas más que la teoría matemática de conjuntos.
El debate que creo que aún no termina.
Yo bloqueada y tú siendo etérea.
Somos el debate de aquel segundo semestre que quedó inconcluso.
Somos las notas en nuestros cuadernos.
Somos las canciones que nos pasábamos.
Somos los besos dados en los pasillos de la facultad, en las áreas verdes, en el metrobús.
Somos aquella tarde de arrebol, cuando aprendiste esa palabra.
Somos el sexo más sucio de la existencia.
Somos esas tardes recostadas en el abdomen de la otra.
Somos los mensajes sin contestar.
Somos evitándonos a toda costa.
Somos los enojos y reclamos.
Soy yo, llorando hasta dormir después de tu partida.
Fui yo, dándome cuenta que serías mi perdición mientras nos besábamos por segunda vez.
Ya no somos, fuimos.
La demostración que nunca demostré, la teoría que nunca me enseñaste.
Fotografía por Igor Baranchuk
Modo Índigo.