El era la definición perfecta,
la mas exacta de ‘’burning man’’
y no hablemos del festival,
si no del verdadero significado
en el contexto de la palabra.
Tenía una vibra de otro cosmos,
una energía cabrona,
lo idealizaba y lo veía en mis sueños
como el dios del infierno,
el decía que tal vez solo era eso,
un demonio,
una tentación quizá,
nada más.
Me enganché de un cuerpo,
irresistible,
de su voz que derrite,
aunque lo que diga,
sea inútil y sin sentido.
Yo me volví inútil.
Cuando fui atacada,
por todas esas sensaciones,
provocadas por su presencia.
Me sentí con el alma desnuda
con el corazón latiendo en la mano,
dispuesta a ofrecer
a ciegas,
sin respeto,
sin prejuicios.
Pero todo eso tenia que
parar ahi,
quedarse ahí,
en mi imaginación.
Por que jamás podía ser,
todo tenía que quedar ahi,
en la imaginación,
infinita,
poderosa,
sin dominio.
y lo guarde en un cajón,
ahí con mis objetos mas preciados,
así como guardas algo,
para toda la vida.
Era una consecuencia el poseer tal privilegio.
Fotografía: Malene Økland
23 años, humana, rara, me gustan las plantas y la luna, distraída pero siempre pienso en todo, mala memoria. Inestable, soy muy cambiante, aveces negro, aveces blanco. Doy todo cuando lo siento, Sincera, insegura, loca, casi siempre visto de negro. Siento que la inestabilidad se debe a que no me siento de ningún lugar. No me gusta ser dueña de algo o alguien, ni tener límites. Complicada hasta el cansancio pues no pienso, solo actúo, desorbitada y peor aún desconcertada. Tengo un postgrado en amores enfermos y la autodestrucción como pasatiempo. Estoy convencida que somos todo aquello que aún no hemos vivido.