I
Cuando Fernando Percino despertó, estaba hecho pedazos. Su verga flotaba sobre las aguas del río Atoyac, su pierna derecha andaba por San Francisco ( Totimehuacan), al menos sus dos brazos estaban juntos en el parque de Momoxpan. Su cabeza, bueno, su cabeza estaba en CU. Para ese momento él no tenía idea de si aún tenía corazón. Quiso que Isis volviera a juntar sus partes, como aquella vez que se despedazó en un accidente con la motocicleta, pero había gastado su única runa para invocar a Isis ya esa vez; pensó en el desperdicio. Generó en su mente un pensamiento alivianador, tan propio de los desesperados: que quizá el viento, el viento caprichoso, arrastrando y girando la tierra perpetuamente, en algún tiempo lejano, volvería a reunir a su cuerpo.
Fotografía: Sebastián Pérez Rivera
Fernando Percino es mexicano y nació en algún momento de los años ochenta; además es licenciado en Administración Pública por la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla. Ha publicado cuentos en el suplemento cultural “Catedral” del diario “Síntesis”, la novela “Velvet Cabaret” (2015), el libro de cuentos “Lucina” (2016), el libro de crónicas “Diarios de Teca” (2016)y actualmente escribe el libro de notas “Volk” en ERRR Magazine. Fue miembro del consejo editorial de las revistas: “Chido BUAP” y “Vanguardia: Todas las expresiones”. Ha trabajado como funcionario público en la Administración Pública Estatal y Federal y se desempeñó en diversos puestos, por más de 7 años, en el ramo de las microfinanzas.