En el despacho estaba la foto con el equipo de fútbol de sus cuates de la infancia; había sido campeón de goleo de la liga infantil¸ según su propia versión. Estudió un rato en una escuela jesuita para gente humilde, aquellos años previos en los que la abuela y el abuelo Persino se sacaran el premio mayor de la lotería (no es una metáfora), después, el “maestro” Persino emigraría al CENCH (Centro escolar Niños Héroes de Chapultepec); donde estudiaba la crema, nata y búlgaros de la sociedad poblana; sería en esa escuela donde el maestro Persino conocería a los camaradas que en la edad adulta gobernarían Puebla; presidentes municipales, gobernadores, senadores, jueces, proxenetas, sindicalistas y cuánta mamada se les ocurra; el CENCH era el nicho de poder de aquella tan lejana, una escuela pública. En los tiempos que escribo esto, los poderosos se educan en escuelas privadas de alto caché.
Fotografía: John Kilar | Instagram
Fernando Percino es mexicano y nació en algún momento de los años ochenta; además es licenciado en Administración Pública por la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla. Ha publicado cuentos en el suplemento cultural “Catedral” del diario “Síntesis”, la novela “Velvet Cabaret” (2015), el libro de cuentos “Lucina” (2016), el libro de crónicas “Diarios de Teca” (2016)y actualmente escribe el libro de notas “Volk” en ERRR Magazine. Fue miembro del consejo editorial de las revistas: “Chido BUAP” y “Vanguardia: Todas las expresiones”. Ha trabajado como funcionario público en la Administración Pública Estatal y Federal y se desempeñó en diversos puestos, por más de 7 años, en el ramo de las microfinanzas.