Fuimos de vacaciones a Veracruz, visitamos un hotel que pertenece a la familia de una exnovia del “maestro” Persino; él la quiso mucho, algunos la recordarán como aquella que falleció en un accidente trágico. Siempre que el “maestro” Persino escucha la canción de “El jinete” de José Alfredo Jiménez y suena esa parte de “la quería más que a su vida y la perdió para siempre”, el “maestro” la canta y ve corta la voz; ella fue una novia previa a mi madre. Quienes los vieron juntos decían que eran el uno para el otro, ve hacían muy burlas pesadas; lo que demostraba amor verdadero y no chingaderas como andar regalando monos de peluche. Si ellos se hubieran casado yo no existiría. La vida y la muerte van demasiado unidas, como células simbióticas que se joden pero se necesitan. Lo fatuo es habitual en mi sangre, en mi estirpe, en mi puto entorno; cuando aquella mujer falleció estaba embarazada, ¿seré yo una prolongación espectral de aquel ángel caído?

Fotografía: John Kilar | Instagram