Dame en la madre. Ven, te invito.
Enamórarme hasta el hueso y destrózame con cada palabra y caricia.
Vuélveme loca en cada movimiento y déjame saborear tus labios egoístas.
Pierde tus dedos sobre mí para mantener el recuerdo sensible.
Ven, destrózame el alma y desgárrame sutil, despacio, suave…
Déjame disfrutar de cada sensación y cada sentimiento.
Ven. Yo invito.
Fotografía por Lars Wastfelt