Un encuentro oportuno

Y ese día, todo se unió: la música, el clima, la hora y tú. Tú y tu estúpida mirada clara, tú y tu estúpida sonrisa casual, tú y tu estúpida maña de morderte los labios.

¿Por qué ahí, por qué ese día, por qué ella? en ese orden aparecieron las preguntas, justo antes del insomnio.

Siempre he odiado cuando el destino me juega mal, tengo entendido que mi karma no es malo, pero temo que seas la consecuencia de mis decisiones, sino porqué llegas a revolver sentimientos y revivir pensamientos que conflictúan la tranquilidad que tanto me costó alcanzar.

Realmente espero que en su encuentro de miradas, te hayas inundado de todo eso que decías sentir, de todo eso que decías pensar sobre un todo, sobre un nosotros, sobre un siempre; espero te hayas ahogado con todo ese cariño, pues dudo que alguna vez lo vuelvas a sentir con tanta intensidad.

Fotografía por Martin Canova