Un día me dijiste que vino ella y te dijo que quería intentarlo de nuevo, ese día me dijiste no a mi y sí a ella. Regresaste.
Un día me dijiste que te estabas, simplemente, aburriendo de mi, que ya no sentías nada por mi y que te irritaba mi forma de ser. Regresaste en la noche.
Un días me dijiste que ya no querías estar conmigo porque ya no podías seguir con esto, que no funcionaba.
Un día yo te hablé porque me estaba yendo terriblemente en la vida. Había consumido mucho clonazepam por primera vez y había salido a la calle drogada de clona. Me preguntaste por qué lo hice, yo estaba destruida. No te quise dejar de hablar nunca más. Desde ese día prometí que iba a mejorar todo lo malo en mi y no era por ti, tu eras una excusa para decir que tenía que mejorar. Prometí poder entender todos los problemas que te inundaban y me dije que sí podía (aún lo hago). Prometimos que íbamos a hacer esto juntos y así es.
No sé si fue una decisión muy inteligente quedarme contigo o solo es mi soledad hablando, tal vez en un futuro me arrepienta, pero al menos lo habré intentado, porque muchas veces me quedé con el “what if” o el “qué hubiera pasado”.
Fotografía por Amanda Aura
Escribo mal.
Escribo acá solo para dejar de aburrirme de la monotonía de vivir.