1 de diciembre de 2019.

Recuerdo perfectamente ese día: después de tres meses de conocerte –de platicar diario, enviarnos indirectas, llamarte a la hora del descanso, ir a tu casa con la excusa de ver a tu hermano, abrazos y miradas que invitaban– entre el festejo y las micheladas me dijiste que sí.

Unas horas antes, llena de nervios, te acercaste y me abrazaste temblando un poco. Te abracé de vuelta y te besé cerca de la boca. Y no me soltaste. Con la ayuda de un par de cervezas más te pregunté si querías intentarlo, ser mi novia. Sin dudarlo respondiste que sí.

Desde entonces, el camino no ha sido fácil: a veces pasan días sin vernos, otras veces el cansancio nos gana. De pronto nos tomamos un tiempo y nos dimos cuenta de que nos hace bien estar juntas: tenemos una relación sana, llena de amor y, sobre todo, confianza.

Este año a tu lado ha sido uno de los mejores de mi vida. Cada una de nosotros peleando sus propias batallas llenas de fantasmas, batallas que poco a poco hemos ido superando juntas. Somos un gran equipo. Quiero verte crecer. Quiero que crezcamos juntas. Ambas llegaremos lejos.

Gracias por dejarme ser parte de tu vida, por apoyarme en los días más oscuros, por aceptar mi manera de querer a veces un poco rara, por apoyarme en mis locuras. Gracias por no soltarme, por demostrarme que pase lo que pase vamos juntas y que no importa lo que la gente opine. Gracias porque sin saberlo me salvaste. Te amo.

Te amo y eso será para siempre. Eres mi amor más honesto y sincero, ese amor con el que me gustaría cumplir nuestras metas, ese primer amor que presento a mis amigos y que mis amigos quieren, ese primer amor que conocen mis abuelos e invitan a comer a la casa, ese primer amor que, sin conocer, a mi mamá le cae bien, ese primer amor que mi tía quiere y no le hace caras, ese primer amor que mi mejor amigo acepta ayudarme para hacerle una sorpresa.

Yo sé que no somos el primer amor de ambas, pero sin ser egoísta o intensa, me gustaría ser el último, después de un año, puedo decir que eres el fin de mi mal de amores, indirectamente me hiciste volver a creer en el amor y creer que alguien me puede querer de la misma manera que yo le quiero. Me volví a enamorar.

Gracias por nuestro primer año, gracias por llegar a mi vida en el momento exacto.

Lo único bueno de esa amistad tóxica, fue que te conocí, y que en aquella fiesta hayas aceptado mi beso.

Te amo princesa.
Feliz aniversario.