Debí saberlo, debí adivinarlo; debí encontrarlo en aquella mirada que me diste. Apenas iba llegando y tú ya me habías despedido.
Tal parece que comí con un fantasma, con un recuerdo que se rehúsa al olvido.
Hablamos de todo y nada; nos vimos tan distantes, tan distintos.
Tan apurados, enclaustrados en la larga espera de la eterna despedida.
Lo supe siempre, aquella tarde sería la última vez que te vería.

Fotografia por ecka’s echo