Te ame por lo que hice por ti.
Te ame por la idea que me hice al aferrarme en que eres la pareja idónea.
Te vi con ojos de primeros amores. Me cegué… no ante tu belleza, sino ante mi obstinación. Ahora que puedo detenidamente psicoanalizarme logro verte como realmente eres. Una mujer segura. Que encontró la forma de retorcer mi mente.
Te lo digo con cariño.
Te ame por que fue más fácil dar.
Que esperar desesperado a recibir.
Fue más fácil convertirte (con consentimiento) en mi ilusión.
Que verte aportar algo a mí flechado corazón.
Te ame cuando te vi con ojos de amor.
Cuando veía tu tersura. Y admiraba de ti hasta tus lunares. Cuando besaba tus rasgos creyendo provocarlos.
Te ame por que te hice mi musa. Y te escribí lo que me corazón sentía.
Te use de inspiración.
Te hice en mi imaginación mi compañía.
Perdón por ponerte en mi tan alto.
Honestamente pensé que realmente llegarías más lejos.
Lo doloroso fue cuando vi que mi mente me había jugado chueco. Cuando vi tu ilusión desmoronarse.
Cuando espere a que dieras. A qué me vieras, me abrazaras… me besaras.
Te sentí a fondo cuando espere que me amaras.
Te vi realmente cuando bese tus rasgos y entendí que eran imperfecciones. Y qué todo mi amor jamás podrían cambiarlas.
Me herí cuando te puse a prueba. Cuando no llenaste mi molde. Cuando admiraba sorpresivo que si yo soltaba las riendas. No me ayudarías a encontrar el camino.
Te ame cuando dijiste que me estabas faltando.
Te odie cuando comenzaste a faltarme. Y aún así, no hiciste nada.
Te odie por no poder tomar la decisión de dejarte ir.
Te odie por haberme soltado.
Me odie por aferrado.
Por ilusionado… no es un poema. Y aunque entiendo que lo hermoso es estar enamorado. Y aunque mi postura está tranquila tras mis letras por jamás haber fallado. Y mi consciencia limpia está por haber sentido, por haberte besado. Este amor hermoso que sentí. Me ha lastimado gravemente. Lo entiendo ahora que estoy sanando. Cuando veo en retrospectiva la ocurrido. Cuando te miro. Sin odio, sin amor.
Puedo escribirte lo ocurrido objetivamente. Quiero acotarte que te miro, meramente indiferente. Que he sentido. Y qué quiero agradecerme por haberte convertido en alguien importante. Y agradecerte por inconscientemente proyectar mi mente adolescente. Por haber sido mi musa. Por leerme. Después de usarte en un escrito tan sincero como absurdo. Por dejarme admirarte. Y besar tus rasgos. Fueran lo que fueran.
Por odiarme cuando creíste que debiste. Y faltarme cuando lo creíste conveniente. Por amarme. Si es que de verdad alguna vez lo hiciste.
Hoy veo las cosas diferente. Ya no te uso pero te escribo. Ya no te amo, ya no te odio, ya no te veo, ya no te beso ni te siento. Ya termino lo que pensé que fuera eterno. Ya sane lo que pensé que iba a matarme, por eso quise sin sentido desahogarme. Y escribirme a mi, como pasaron las cosas. Y recordarme todo. Y castigarme. Por obstinado e insistente. Por quererte como quise. Por verte dejarme perderme. Fue confuso. Tanto como lo son estas palabras. Fue duro. Pero fue todo.

Fotografía por Pablo Perez