Te evoco con un café

Hace varios años el doctor me prohibió tomar café.

mis neurotransmisores fallan debido al exceso

y me cobran factura de esa vida intensa

que nos dimos una vez.

 

Ahora pasa que a duras penas sonrío.

sobre todo cuando tengo miedo

y con cinismo acepto que como humanidad estamos jodidos.

Pero esa risa genuina, la que sentí contigo

no volverá más, tampoco lo que compartimos.

 

La gente me pregunta si soy feliz sin ti

Pero al final de cuentas ¿Qué es la felicidad?

¿Acaso no es más que una abstracción

tan debatible como la fealdad?

 

Es por eso que de vez en cuando te evoco

con una taza de café que me revuelca todo.

Me lo tomo muy caliente, como si quemara

y siento cómo mis manos tiemblan poco a poco.

 

La gente le llama ansiedad

pero yo no lo veo así. Se siente como me sentía yo al verte

y eso me parece suficiente.

Es por eso que me gusta evocarte

en esa forma palpable

porque mi corazón late a mil

y siento que me puedo morir

en un instante.

Fotografía por Barbaros Cargurgel