A lo largo de nuestra vida todos hemos conocido o conoceremos un lado tóxico de nuestra personalidad. El aislamiento jugó un papel importante en mi vida, ahora mis días los vivo más tranquilos, ya no paso mis horas atado a las redes sociales y tampoco busco llamar la atención de las personas, mucho menos quiero verme involucrado sentimentalmente con alguien.
Es sorprendente cómo las personas juegan un rol muy importante en nuestra vida, para bien o para mal, pienso que así es. Afortunadamente he logrado salir adelante, cada vez con menos personas a mi lado, por el momento solo quisiera agradecerles a mis padres, porque a pesar de todas las decepciones que les hice sentir en mi adolescencia, hoy puedo sentarme tranquilamente en la sala, en ocasiones me paso horas escribiendo para poder publicar mis historias, otras veces paso mis horas leyendo o estudiando, no es mucho, pero siento que por fin estoy haciendo cosas que los hacen sentir orgullosos.
No tengo muchos recuerdos buenos de mí adolescencia, siendo honesto gran parte de ella la tengo nublada en mis recuerdos. Para Mis 19 años en adelante hay muchas cosas que jamás olvidaré, porque en ese año experimente la sensación de ser papá y tuve la gran dicha de vivir con la persona que, a lo largo de mi vida siempre la he considerado como la mujer de mi vida.
Actualmente tengo 26 años, y siento que vivo una nueva etapa en mí vida, aunque claro no se puede vivir está nueva etapa sin haber quedado manchado por las experiencias, para mí lo más difícil fue dejarla ir.
Me tomó años mejorar mi persona y en ese transcurso la perdí a ella. Podría buscarla e intentar hacerle frente a su indiferencia, pero me es difícil hablar con ella.
Por mucho que yo haya cambiado el tiempo me ha dado a entender que nunca podré desprenderme totalmente de mi pasado, sobre todo porque existen personas que me miran y miran a una persona en sus años perdidos, personas que siguen arrastrando las cicatrices de mi pasado.
Pero esa persona definitivamente ya no existe, la persona que sí existe, es la historia de este escritor, que reconoce que la vida le ha dado una segunda oportunidad y que se está aferrando a ella.
Fotografía por Barbaros Cargurgel
Jesús Rey, ¿Nació? En el Barrio de la Soledad Oaxaca (1994). ¿Estudió? Administración y Contabilidad en la Universidad Humanitas Santa Fe.
Cuándo era niño pasaba horas encerrado en mí habitación escribiendo cartas, hoy escribo novelas.