No lucharé contra el destino.
Ya todo está escrito.
Tu tarot ha hablado y no hay manera en la que decida interponerme ante tu felicidad.
He intentado no escribir sobre ti porque no quiero asumir mis sentimientos, enfrentarlos y entenderlos.
No quiero verme de nuevo frágil, susceptible y enamorada.
Tengo miedo. Mucho miedo.
Las cartas ya están echadas.
Estamos destinados a ser a medias.
Soy un acuario libre y frívolo intentando amar a un piscis sensible y emotivo.
Tenemos un futuro precario y una historia predeterminada.

Fotografía por Martin Canova