Dormir a tu lado se volvió mi parte favorita de los días. Después de un largo día nos metemos bajo las sabanas, tus pies helados tocan los míos, nuestros cuerpos se acercan y comienzan a darse calor, cerramos los ojos y la noche comienza.
Pasan pocos minutos y te encuentras completamente dormido, las voces en mi cabeza me impiden conciliar el sueño y entonces doy vueltas en la cama. Cuento cada lunar de tu espalda y acaricio tu piel, juego con tu cabello y entonces me doy cuenta la medianoche a caído nuevamente y es la hora perfecta para decirte todas esas cosas que no se atreven a salir de mi boca durante el día.
Desearía que pudieras escuchar todas aquellas palabras pero estas hundido en un sueño profundo que me permite sacar todas las palabras que alberga mi corazón.
Termino de hablar, la madrugada ha llegado. por fin puedo dormir, me pego a tu cuerpo y cierro los ojos.
Amanece, suena la alarma y es hora de salir de la cama; me despiertas con un tierno beso. no se si me escuchas a medianoche pero definitivamente sabes que te amo.

Fotografía por Martin Canova