Soneto de lo mío

Palpita una sombra en mi pecho,
grita un camino de angustia.
Y una sirena que canta, mustia,
describe la tristeza de mi trecho.

No llevé nunca camino derecho.
Soy hombre a pesar de la lluvia.
Ni padre ni madre ni astucia.
Mi luna de soledad al acecho.

Ahora la sombra es un abrazo.
Y la sirena conmigo dialoga.
Ambos hacen mi cara y mi trazo.

La energía opuesta que ahoga
en agua lo que ya no disfrazo.
Soy espada y luna; sol y soga.