Palpita una sombra en mi pecho,
grita un camino de angustia.
Y una sirena que canta, mustia,
describe la tristeza de mi trecho.
No llevé nunca camino derecho.
Soy hombre a pesar de la lluvia.
Ni padre ni madre ni astucia.
Mi luna de soledad al acecho.
Ahora la sombra es un abrazo.
Y la sirena conmigo dialoga.
Ambos hacen mi cara y mi trazo.
La energía opuesta que ahoga
en agua lo que ya no disfrazo.
Soy espada y luna; sol y soga.
Eduardo Rocha (Durango, 1994). Forma parte de las antologías Cuerpos Rotos, de la editorial Bitácora de Vuelos, y de Una noche en el pasado, de la editorial Minificción. Ha colaborado en las revistas Monolito, Liebre de Fuego, Ibídem e Hipérbole Frontera.