Abro los ojos con los recuerdos calientes de tus púpilas.
Deslumbran las sombras de la vida mortal.
Aún en mis sueños estás constante.
Te observo, Inmóvil, Continua.

Así mi vida desde que conectamos miradas.
Tú no lo sabes, bastaron segundos, pero me viste.
Ahora cuelgo de tu subconsciente.

Ojalá algún día me veas en tus sueños…

Pensarás que la vida es frágil, y yo podría hacer hazañas que nunca me atrevería. Al final, aún sin recordarme, podrías pensarme.

Respiro encantos del aire en tu caminar, quisiera desprenderme como tú, jugar en secreto con el sol e iluminarte.

Si lo pienso, esas botas rojas que acariciaban el agua de lluvia, no fueron más que una herramienta persuasiva animándome a voltear.

Sintetizadores en el aire, ¿los sentiste?
Aún sin saber de síntesis aditiva o substractiva pude oírlos guiándose con tu caminar.

¿Es que aprendí a soñar? Sí así es, no querré despertar.

Soñar en vida tu piel blanca y mirada rasgada. Vaya osadía

¿Estoy dormido?, Sigues aquí.

Sobrevuelas sueños ajenos. No sabría explicar cómo sucede.

Sueño en vida con tu mirada, tu voz con sobresaltos elocuentes y tu piel suave que responde a mis tactos, al final, aún al despertar estás aquí. Mi suave Paula, aún creo que estoy soñando.

Fotografía: Tomé Duarte