¿En qué piezas o proyectos has estado trabajando últimamente?
En Silencios que Hablan, una colección donde los colores pasteles y los cuerpos femeninos se entrelazan en tonos suaves, casi como susurros. También en la construcción de un libro de mesa que une arte, moda y contemplación.
¿Qué aprendiste (o desaprendiste) mientras trabajabas en ello?
Aprendí a confiar más en la pausa. A veces no se trata de empujar la inspiración, sino de dejar que llegue como agua de río, con fluidez. Y desaprendí la idea de que la belleza necesita explicación: basta con sentirla y las emociones ser interpretadas en silencio.


¿Qué palabras, ideas o emociones te rondaban la cabeza?
Fragilidad, ternura, resiliencia. La idea de que lo más poderoso suele revelarse en silencio.
¿Hubo alguna conversación, película, música o libro que se haya colado en ese trabajo?
Sí. Una conversación sobre cómo la intuición sabe más de nosotros que la mente. La música de piano, la instrumental que acompañaba las pinceladas como si fueran respiraciones.

¿Qué fue lo más difícil que has enfrentado últimamente en tu proceso creativo?
La sensación de que el tiempo corre demasiado rápido. Me costó reconciliarme con mis propios ritmos y aceptar que cada obra necesita su propio tempo.
Si pudieras cenar en cualquier restaurante de la ciudad esta noche, ¿dónde sería y qué pedirías?
En un pequeño restaurante con velas, cerca del mar. Algo romántico. Pediría comida italiana, con flores, acompañada de una infusión de agua con limón y romero.


Si este mes tu vida fuera una película, ¿qué título tendría y quién haría el soundtrack?
Tiempos de ternura. El soundtrack lo compondría Ludovico Einaudi, porque sabe traducir lo invisible en notas y me encanta su ritmo musical, poético y romántico.
Recomiéndanos algún artista que sigas, que te inspire, y dinos qué es lo que más te gusta de su trabajo o de su forma de trabajar.
Sigo a Luke Hannam, un artista que me inspira por la intensidad con la que retrata la vulnerabilidad humana. Lo que más me gusta de su trabajo es cómo logra que cada trazo tenga el peso de una emoción: sus figuras parecen hablar desde un lugar profundo y silencioso, casi como confesiones visuales. Conecta mucho conmigo en su manera de crear.

MARALOVE es el universo creativo de Mariel Méndez, donde arte, moda y contemplación se encuentran para dar voz a lo invisible.
